Estaba en el lado opuesto
de la noche
con su risa
en blanco
y una abyecta mueca
como detritus
de avión
en la mejilla.
La luna era una impostora,
era otra,
era mentira,
las cosas no pasan,
sólo lo parece.
Eso, me tranquiliza,
no te vayas, París.
There are no comments published yet.