Quién soy y qué hago

Soy TREMENTINA LUX, soy artista plástica, teórica y práctica de la comunicación audiovisual y los estudios de género. Pinto, escribo, leo, locuto, diseño, fotografio, reflexiono y analizo. Todo esto, sobre todo, me hace evolucionar como profesional y como persona, me motiva y me divierte. Creo este contenido para ti, que me lees y para mí, que también me leo. Soy del mundo y vivo en Valencia.

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THE MAGIC ALPHABETICAL STAIRS. Happy Art Healthy Project. (HAH)

Let me tell you a lovely story, once upon a time, recently…

Parte 1. Tienes que conocer a Virginie.

A ella le habían hablado de mí. Y a mí, de ella. Un día, en el Lunch mexicano que organizó una maravillosa amiga en común, gracias Vero, nos conocimos. A los dos minutos Virginie me propuso pintar una escalera en Injanbakkam School, un colegio indio al que la ONG Namma Beach Namma Chennai ayuda desinteresadamente. Acepte encantada.

A los dos días estábamos en su casa viendo fotos de escaleras. –Los estudiantes están aprendiendo ingles, pero no tienen muchos recursos. Es una escuela en Tamil. – Podemos hacer una escalera de apoyo al aprendizaje del ingles. Ok. – Pondremos el alfabeto y palabras básicas. Ese fue el raudo comienzo del proyecto.

Dos días después habíamos decidido los colores de la base y el acabado, blanco y azul Cerdeña. De modo que la primera semana la escalera comenzó a ser enlucida e imprimada para acoger la pintura mural.

A mi me gustaban sus huellas. Las huellas de todas las manos en el muro. De grasa, arena, arroz  y manitas con chutney y chicken Biryani. Hablaban de su historia, y me hubiera gustado sacar monos, perros gatos y aparecidos de entre las sombras, como hice en la serie “Los aparecidos”. Pero aprovechar la mugre cuando buscábamos proporcionarles un espacio limpio no parecía lo mas razonable. Así que me puse a pensar. – No elegiremos nosotras las palabras, porque no tenemos ni la edad, ni la cultura apropiada. Las elegirán las personas que la usan, maestras, estudiantes, estudiantas y personal de la escuela. Así fue como diseñé la encuesta: ¿Cuál es tu palabra favorita? Y una calurosa jornada de abril entre las 9 y las 5 de la tarde, Virginie, la Diosa de la Luna y yo, nos decidimos a pasarla a doscientas personitas tamil-hablantes, de entre 4 y 14 años.

LAS PALABRAS FAVORITAS

Las palabras favoritas son: árbol, manzana, montaña, naturaleza, flor, mango, estrella, sol, pavo real, tigre o mariposa. Y también: casa, coche, edificio, palacio, semáforo, teléfono móvil y motocicleta. Me pregunto cuál hubiera sido su palabra favorita si no hubieran tenido que dibujarla. Porque la mía, difícilmente dibujable, es amor.

La sesión fue energética, calurosa, agotadora y vital. Podéis leer lo que sentí en ese momento en el post titulado Happyness for come back to school.

Llegados a este punto, pasé dos semanas catalogando palabras y dibujos sin saber muy bien qué hacer con ellos, más allá de un artículo de investigación que tengo en el tintero. En este tiempo le facilité a Virginie el planning del proyecto, con los tiempos, las intenciones y el presupuesto, a la espera de que la idea final se concretara. Y en efecto, una noche de insomnio, apurando el límite del plazo previsto, el proyecto se desveló. Este es su título:

THE MAGIC ALPHABETICAL STAIRS.  Click here to know the project: Magic alphabetical stairs

Parte 2. Inoculando la semilla del amor al arte y la gestión cultural

La vida en Chennai esta llena de oportunidades inimaginables y gente maravillosa, pero exige renuncias físicas muy importantes. En Chennai es muy difícil andar de un sitio a otro, no hay aceras o no son seguras, tardas un par de años en lanzarte a caminar como una persona local. No es posible ir en bici si no has nacido aquí. Tampoco puedes conducir, te conducen. Apenas hay parques públicos, ni jardines. Apenas hay museos de arte, ni polideportivos, ni piscinas públicas, ni semáforos ni rotondas y la se baila maravillosamente en los entierros. Museos hay algunos, pero están a 43 grados con la obra ardiendo. Pero eso es otro tema, aquí una foto del museo antropológico.

Esa noche, la noche en que o encontraba una solución o renunciaba al proyecto, soñé con marcos de oro. Muchos marcos de oro. Y desperté pensando en enmarcar en oro los trabajos de los niños y las niñas, contribuyendo a crear un museo de arte en su entorno escolar para poner en valor su trabajo mediante la apelación simbólica a la cultura del oro. El oro aquí es tan abundante como las naranjas en Valencia o el Pulpo a Feira en Galicia. Lo cierto es que no confían en los bancos, las rupias y las inclemencias del Monzón y prefieren llevar encima todo lo que poseen, todo su oro y sus joyas, desde que nacen.

Yo soy bastante anti museo de gestión vertical, porque todos acaban siendo excluyentes, basados en la dominación y la competitividad, parámetros patriarcales obsoletos entre los que se desliza, en los más pioneros, alguna actividad participativa. Tampoco soy de andar aleccionando con lo bueno de «occidente» porque tenemos más que aprender que enseñar, o mejor dicho, en la mezcla está la gracia. Sin embargo, he utilizado en este proyecto una puesta en valor del patrimonio a través del código decimonónico del salón de arte porque educa en la posibilidad de que lo que hagas no acabe en una escombrera y de paso siembra la semilla del: “mañana yo haré arte o gestionaré mi propio espacio para el arte”, porque el público potencial está entre cuatro y catorce años.

Y este es el proyecto que diseñé y que Namma Beach Namma Chennai aprobó y financió.

PARTE 3. Coordinar y crear. Las tres «C»: colectivo, colaborativo, contributivo.

Con los deberes hechos y la pintura comprada, la aventura de comprar pintura aquí requiere un post entero y varias horas en el mostrador, nos presentamos en el colegio una calurosa mañana de mayo, dispuestas a empezar a plantear la composición global. El proyecto se desarrolla sobre muros complejos, con mirada múltiple y facetada, de ascenso y de descenso. No es un plano sencillo, así que tuve que crear una maqueta en cartoné para manejarme con los volúmenes, la jerarquía, la narración y el recorrido visual.

En la planta baja la figura de una mujer inspirada en Miss Daisy, profesora del cole, sopla el alfabeto, es la primera altura de la escalera con la que conviven las personitas más pequeñas y por eso tiene la información más básica e importante. En la escalera, con la barandilla y los marcos de oro con tintas planas se sitúan las palabras y los dibujos que obtuvimos en la encuesta. En el descansillo pinté el retrato de un pequeño héroe con un tigre, porque el tigre es una especie de querido animal nacional,además del pavo real, que presenta coraje y fortaleza para llevar adelante los proyectos. Esta especie de falso selfie del momento microhistórico, permite una identificación global, un no olvidar quién y porqué son los y las protagonistas de la escuela. En la parte superior, por la que se accede a los cursos más altos vive el árbol de la literatura, un árbol hecho con trazos de palabras y lindas frases hiladas que se hermana con el árbol vivo que late a su lado, maravilloso guardián del patio.

El primer día planteamos la estructura del dibujo entre dos personas. El segundo, arrancamos a pintar un equipo de cuatro personas. En los días sucesivos el equipo se incremento a dieciséis personas pintando y cinco de apoyo con los andamios, de todas las edades, sexos y etnias e independientemente de su formación pictórica, con enfáticas ganas de participar, e incluso asistiendo a horas desiguales, en las que yo no podía supervisar el proyecto, tan solo facilitar instrucciones y consejos por whassap.

Coordinar los procesos y asegurar una paleta y un modo de hacer común ha sido sin duda el mayor reto del proyecto. Miento, el mayor reto ha sido pintar a 45 grados y con mosquitos, al atardecer.

Me siento orgullosa de presentaros un proyecto de gestión cultural e intervención pictórica educativa en el que han participado más de 250 personas, en el que cada una de ellas ha hecho suya la idea, las palabras y las pinceladas, en un complejo entramado de ilusión, solidaridad, afecto y apoyo mutuo.

Gracias a Namma Beach Namma Chennai, el personal y las personitas que estudian en el Injambakkam School, especialmente a Regina por su maravilloso Té Chai. Gracias muy especiales a Virginie y Alexandrina por su increíble dedicación, constancia, armonía, cariño y capacidad resolutiva, a Yasmine, Catherine, Andrea, Claire, Dauphine, Júlia, Roberto, Amandine, Ines, Alex, Balappam y Michael por creer en esto.

TREMENTINA ALWAYS THANKS AND LUX

 

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