Quién soy y qué hago

Soy TREMENTINA LUX, soy artista plástica, teórica y práctica de la comunicación audiovisual y los estudios de género. Pinto, escribo, leo, locuto, diseño, fotografio, reflexiono y analizo. Todo esto, sobre todo, me hace evolucionar como profesional y como persona, me motiva y me divierte. Creo este contenido para ti, que me lees y para mí, que también me leo. Soy del mundo y vivo en Valencia.

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EL CAP REGINO MAS COS I MOT

El CAP. Co-creando con Regino Más

«EL CAP» es la pieza que he elegido para representar a la Falla infantil que plantaré en Ripalda Beneficència i Sant Ramon titulada «COS I MOT». Puedes verla en la Exposición del Ninot que se celebra en València, en el Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, hasta el 14 de marzo de 2023.

«CAP» significa literalmente cabeza, pero también significa jefe, o jefa. La cabeza es lo primero que se pierde cuando se juega al ahorcado. Por eso esta pieza antecede conceptual y formalmente a una fallita infantil que versa sobre el juego del ahorcado. Por eso nos representa esa cabeza exenta. Esta cabecita reunida con su cuerpito se situará en la Falla en la zona que hemos llamado el Paraíso Perdido y que nos recuerda que en el Barrio del Carmen sigue latiendo la huerta valenciana bajo el asfalto. Esa cabeza perdida en la exposición entre tanto ninot es en verdad, como veremos a continuación, una cabeza recuperada.

EL CAP PERDUT I EL CAP RECUPERAT

Para las personas que no seáis muy forofas de las Fallas os explicaré brevemente que Regino Más (1899-1968) ha sido el artista fallero más influyente y con más carisma de todos los tiempos. Os invito a leer sobre su apasionante vida, obra y los ideales que le llevaron a ser reconocido y admirado tanto en su propia tierra como allende los mares. En resumen: Regino Más is The Boss.

Un día el taller fallero de Regino Más se quedó súbitamente sin su presencia y como sucede en la mayoría de talleres, las personas allegadas alquilaron el local con ¿miles? de moldes dentro (sin inventariar). Al principio los moldes se reutilizaron con la técnica del refrito, pero poco a poco los nuevos inquilinos requirieron más espacio de almacenamiento y además el corcho blanco sustituyó al cartón por lo que se produjo una inexorable desaparición de los viejos moldes de Regino Más, (y de otros muchos maestros artesanos) un patrimonio cultural de incalculable valor para la fiesta de las Fallas que hoy en día sigue siendo destruido de forma progresiva, sistemática e inconsciente.

Algunos artistas falleros con una sensibilidad fuera de lo común, como Pedro Rodríguez, pudieron rescatar ciertos pequeños moldes de ser destruidos y los han cuidado como oro en paño, de forma platónica, con sus propios maravillosos moldes, hasta hoy en día. Yo he tenido la suerte de tener también esta salvaje sensibilidad que me permite valorar y sentir la energía creadora del propio Regino en cada diminuta huella de la escayola que recoge la forma del barro que él modeló, así que ardía en deseos de poder acceder a una obra suya. Y el milagro se obró gracias a la generosidad de Pedro Rodríguez, que el año pasado dejó de hacer fallas y cerró también su taller. Snif.

Por eso me siento profundamente honrada de vindicar con la presencia de «EL CAP» en la exposición del NINOT la necesidad de frenar esta pérdida irreparable de conocimiento vinculado al oficio artístico de la fiesta de las fallas. ¿Cómo? Impulsando de nuevo la MOLDETECA VALENCIANA, un proyecto de salvaguarda y recuperación del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Fallas declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Insistiendo con esta acción de artivismo en la necesidad de agitar conciencias.

Si habéis accedido al enlace y preguntáis por el estado actual de la MOLDETECA VALENCIANA pues os puedo decir que ya está presentada y desarrollada la primera fase de prospectiva al Ayuntamiento de València y al Gremio de Artistas falleros y a partir de aquí está en vía muerta desde hace bastantes meses, porque no tengo respuesta, pese a todas las subvenciones a las que puede acogerse. Esperemos que la magia que despliega «EL CAP» ayude a las instituciones valencianas responsables últimas de esta salvaguarda y puesta en valor a entender de qué hablamos. Por qué si lo observáis en detalle, ¿Podría ser que EL CAP esté lanzando un grito silenciado a quien debería escucharle?

Así que como veis no se trata de un CAP PERDUT, sino de un CAP RECUPERAT.

LO QUE HE SENTIDO AL VACIARLO EN CARTÓN FALLERO

Primero mucha emoción y un poco de travesura. Con el molde en la mano ya observé el increíble trabajo de conexión con la idea, el resultado y la técnica, la pieza es apenas una cabecita pero está en ella a modo de semilla, la maestría. El molde, que no tiene salida en la parte de la nuca, se dividía originalmente en cuatro piezas dos de las cuales fueron selladas quedando finalmente en tres piezas que encajan a la perfección.

Ver el molde, escrutarlo con interrogantes, no saber quien es la presencia que hay dentro, que sea un misterio su forma final, co-crear y decidir en este presente, en ese estado de beatitud es pura delicia. El molde está vivo, acoge en su interior y en su exterior mohos y líquenes y el paso de la historia en sus rendijas y ese número de inventario pintado en verde: el 23. Observas los entrantes y los salientes, limpias con un pincel suave el polvo que huele a antaño y tocas un resto de cartón pegado de otros tiempos y te transportas. El vaciado en cartón requiere paciencia, es minucioso, la zona de la nariz y la boca es extremadamente delicada y compleja. Lo rellenas y esperas impaciente el día en que seque y se desprenda como una semilla de su corteza.

Al salir me alegro. Es un rostro de otros tiempos. No se sabe dónde está esa impronta de la época, pero está. Es un molde de otro siglo. La expresión, el pelo, es de una belleza y viveza sobrenatural, de un minimalismo soberbio. Me pregunto si era un niño cantor o una señora que se impresiona al tomar el baño en un balneario de la playa. Me acucia la idea de jugar a descubrirlo y comienzo a investigar ¿Quién fuiste? ¿Quién serás? Le pregunto.

EL CAP recién salido del molde, sin imprimar. ¿Qué belleza, verdad?

EL CAP. UN PASEO DOCUMENTAL POR SU IDENTIDAD

Paseo por bibliotecas y fondos documentales, rastreo con lupa todas las webs y las imágenes tramadas de la prensa antigua. Tengo una pista, todas las cabecitas tienen la boca abierta. Eso me llama mucho la atención, y pese a que Regino trabajaba con la perspectiva para generar profundidad no acabo de ver claro que se trate de Ninots de falla. Descubro que Regino realizó las marionetas para Herta Frankel y ¡Eureka! identifico varias en el Marionetarium del Tibidabo, pero no encuentro precisamente esta: EL CAP, la cabeza elegida sigue sin aparecer.

Bendita elección que me lleva al más allá, literalmente, a indagar en las vidas pasadas para entender porqué en la vida presente EL CAP es una presencia indígena ancestral, la esencia aborigen del Barrio del Carmen, que se columpia en el Paraíso Perdido no sin antes vindicar una MOLDETECA… Terapia regresiva de ninots, se podría llamar.

Reviso entonces el catálogo de arte «Regino más historia de una época» y descubro el boceto de un grupo para la falla de la Plaza del Mercado de 1948, titulada «La lucha libre», donde hay una ninota pequeña, se trata de una niña estirando el delantal de su madre cuya expresión y tamaño es bastante coincidente. Pero no encuentro fotografía de la pieza resultante. ¿Serás tu…? Sigo investigando, pero ya no encuentro nada más, ese vacío la hace perfecta para encarnar la imagen de la pérdida y la recuperación. Pedro Rodríguez utilizó este molde en una fallita infantil titulada «Peluqueros sin fronteras» plantada en La Merced en 2004 y decidió que era una madre llevando a su hijo reticente a la peluquería.

Y todo cuadra: si fue una marioneta ya estaba colgada, es decir pendiente de los hilos que la manejan y sabe con ventaja de la existencia de alguien que la manipula, si fue parte de la «Lucha Libre» ser una cabecita guerrera y reivindicadora le viene al pelo, y si era una madre coraje que arrastraba a su hijo a la peluquería sin fronteras, pues de eludir los límites, cuestionar las costumbres y de cierta clase de poda hablamos… ¡Qué divertido!

Investigando las vidas pasadas de «EL CAP», haciendo cierta terapia regresiva de ninots.

Al final se trata de sacar del armario el refrito. Esta es la diferencia. Esta es la riqueza de la diversidad, este es el legado. El refrito sale del armario con datos, con entusiasmo. Apenas una leve veladura de óleo sobre la imprimación con colas y pigmentos naturales deja al descubierto todo el potencial del modelado de hace un siglo, tan contemporáneo hoy y con toda la sabiduría del buen que hacer artístico intacta.

Hablamos de co-crear, hablamos de transmitir conocimiento inmaterial. Y como sociedad no estamos tan distantes: ¿Sabías que en 1921, en la Plaza del Doctor Collado, Regino Más plantó una falla criticando la implantación del servicio municipal de recogida de basuras que impedía a los agricultores utilizarla para hacer sus abonos? Se tituló «Els fematers» o «Ama hi ha fem?«. Hoy que los contenedores tienen ya el tamaño de una finca… Apasionante ¿verdad? Ya te lo dije.

CATIFA DE SEGONA MÀ PER A TAPAORA DE COMÚ

Sí, has leído bien. La base de EL CAP es una alfombra hecha en Tufting para tapa de WC comprada de segunda mano en el mercadito de Jesús, en el puesto de Sergio, los martes. Economía circular y estetización del WC, todo junto. No es la representación de una tapa, es una presentación auténtica, una pieza encontrada que reúne en sí misma la alfombra y la tapadora del comú típica de L’Estoreta Velleta, la forma en la que los niños y las niñas recorrían las calles solicitando trastos viejos para quemar el día de San José. Así que la base de EL CAP es una revisitación contemporánea del evento singular que dio origen a la fiesta de las Fallas. Y además en Tufting, que está muy de moda… Todo un homenaje.

HABLEMOS DE LOS ÁRBOLES DEL FONDO Y DE LAS FRUTAS DEL PARAÍSO

Las maderitas que ves en el fondo son un collage hecho a partir de trozos de árbol convertidos en residuo para embalajes de maquinaria industrial pesada. Aun no acabo de entender cómo funcionan, pero Alberto me ha cedido miles, porque son realmente preciosas y están yendo, como los moldes, a la basura. Así que sin meterles sierra ni lija las he ido uniendo con mucha paciencia para lograr una composición armónica.

La cuestión ética y estética que cabe plantearse es cómo quemar en las fallas maderas ya excedentes de otra actividad humana y no madera talada expresamente para ser quemada por amor al arte. Porque la madera está viva y en realidad considerarla solo madera inerte es un acto teñido de crueldad vegetal, pues es negarle al árbol su presencia y robarle sus derechos naturales como ser vivo generoso y sentipensante.

De esto tendríamos mucho de que hablar pues hasta las hojas y los restos de poda que caen al suelo tienen la función sagrada de nutrirlo, pues los árboles son especialistas en ceder todos sus nutrientes a las generaciones posteriores cuando ellos ya no los necesitan, bien sea en el invierno o cuando mueren de forma natural en el bosque (todo lo contrario que las sociedades humanas). Así que los humanos que barremos hojas o quemamos rastrojos pues estamos alterando también el ciclo de la vida. Al menos, en las fallas estos excedentes instalados en las plazas urbanas en marzo permitirían a los árboles y al sector de la agricultura valenciana gozar del protagonismo y la reificación artística que merecen. Pero ese es otro proyecto que también ya presenté.

Y por último pero no menos importante, las frutitas secas. Naranjas, limones, laurel, canela, del Paraíso Perdido. ¿Sabéis de dónde vienen? Vienen de Viena. Viena es una ciudad que se ha quedado sin centro histórico por la gentrificación. Cero. Dos calles le quedan junto a la catedral y ninguna a salvo de las multinacionales y las franquicias. Pues eso, de la Viena de Mozart a la Viena del 2023, un poquito se ha perdido.

Abrazo grande. Te recomiendo que vayas y la veas y te imagines el cuerpo al que se unirá. No hace falta que votes por «EL CAP» hay una figurita devocional que será indultada por goleada, como se suele decir. Si esta figura religiosa perteneciera al panteón Hindú estaría toda la comunidad India en pie de guerra por sacrilegio. ¿Quemar lo bello y lo sagrado? ¿Indultarlo? ¿Hemos perdido la cabeza? 😉 Otro melón por abrir…

¡Nos vemos plantando!

Abrazo

TREMENTINA LUX

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