Hoy voy a hablar de cómo ha nacido en nuestra Tribusfera, Delightful Sophie. Cuando digo que «Un lloc en la Tribusfera» es una falla procesual me refiero a esto. A romper el tabú del proceso artístico de la falla como alto secreto que se desvela como sorpresa justo antes de los premios.
Partimos de lo que olvidamos: la complementariedad
Es de noche y desmoldo a Campbell. Desmoldar es aplicar fuerza sobre dos superficies para que se separen. La fuerza física de tu cuerpo, de tus brazos, de tus gruñidos, del cortafríos. Es forzar que la masa tierna abandone la forma. Es obligar a lo efímero a desaparecer para convertirse en eterno, asistir a la cópula entre el desguace y el gesto convertido en piedra. Y ves la nariz persa salir a trozos, o la boca evaporada en fragmento evocador, o los párpados abultados por la presión y los golpes, y suspiras para que todo haya ido bien en esta transubstanciación.
Desmoldar conlleva miedo, miedo al fracaso, miedo al exilio, miedo a la pérdida de lo que te da origen, miedo a volver a empezar. Desmoldar no está exento de riesgo porque implica arrancar la materia a manos llenas, aceptar salvajemente el misterio de la complementariedad y no entender lo que sale, porque lo que sale es la forma invertida, la matriz de nuevos y misteriosos positivos en cartón.
La lección que Sophie nos susurra esta noche lluviosa desmoldando, o por qué la hemos elegido como inspiración.
Cuando desmoldamos hacemos consciente que la frontera entre el barro y la escayola no existe sino como estrategia mental. Esta idea es la que surge el proceso de trabajo mientras modelamos a nuestra referente *Sophie Cruz:
Que si interpusieramos líneas divisorias entre escayola y barro, el milagro de la transformación de original a molde no existiría. Que la madre tierra se llama madre porque hace parir los frutos hasta convertirlos en árboles y arbustos, que el dentro es fuera como el fuera es dentro y que mezclarse, contaminarse, abrazarnos y respirar intercambiando gases es lección de humanidad.
Siempre que realizamos un molde de escayola de un original de barro corremos el riesgo de perder el barro, el molde o ambos. Siempre que cubrimos el rostro con la lechada blanca sabemos que provocamos un entierro y un parto que se dan juntos en el calor del fraguado, en cada gota de vapor que asciende ante el flexo durante los primeros minutos del encuentro entre el agua, el polvo y el barro.
Desmoldar es también euforia, es también alegría, temblor de cielo, consecución del logro
A veces la pieza original no se destroza. Nuestro querido Campbell Law es tan handsome que cuando retiré la escayola su carita continuó ahí, con el barro inmaculado, con la sonrisa inaudible tan perfecta, pese a la temperatura oscilante de la escayola fraguando, pese a la tensión del escoplo al sacarlo. Creo que de la naturaleza de este tipo de transformación hablaba en el post anterior, podéis leer haciendo clik aquí.
Vamos con el modelado de nuestra pequeña gran Delightful Sophie
De la forma legada por Campbell comenzó a surgir Sophie, de bajo hacia arriba, desde la barbilla hasta los cachetitos. Y ahí me vino a mente Titi por su parecido con Sophie y todas las mujeres Mexicanas reales cuyos ojos vibrantes y mejillas sabias se funden en mi recuerdo con lo que de verdad entiendo por amistad.
Delightful Sophie me pide herramientas que aprieten más el barro sobre lo que Campell Law fue. Me pide que use el listón de madera para aplanar las curvas, me pide que haga desaparecer todas las burbujas bajo la superficie de su nariz y su boca. Para ser estable me pide presión, que apriete el barro con las manos y los rascadores.
Esto es lo que Sophie me enseña. Sophie nace valiente y alegre un día de miedo a la muerte y la enfermedad, nace de modelar una nariz más respingona, unos labios más gruesos, unos cachetitos prominentes y bajos, unos ojos que se comen el mundo y una frente pequeña, surge de la transformación de Campbell en otra persona de barro.
Esto es lo que Sophie me enseña. Para quienes modelamos tod@s somos una y la misma cosa. Las diferencias étnicas entre Australia y México, entre un niño y una niña se soslayan añadiendo dos pellizcos de barro, almendrando las cuencas orbitarias, quitando materia de aquí y depositándola allá. Nada más. No hay límites, no hay fronteras, no hay nada más que rascar dos veces en un pómulo o un tabique nasal para darse cuenta. El resto, las atrocidades cometidas en nombre de la diferencia mal entendida son inventos perversos. En la foto un instante del proceso de mixtura entre una y otra personalidad.
Pues ya está. Hasta aquí puedo leer. Mi yo renacentista tiene mucha curiosidad por saber a dónde nos lleva el proceso de tirar en cartón y pintar a nuestra querida, vibrante y energética Delightful Sophie. ¿Os pasa también?
Gracias por seguirnos.
TREMENTINA LUX
*Muchos de los vídeos de Sophie Cruz no son visibles en nuestro país a causa de la llamada ley de protección de datos. Yo la conocí gracias a un vídeo suyo ataviada con su indumentaria tradicional que ya no es accesible. Mientras quede un ápice de libertad de expresión seguiremos expresándonos.
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