Solo puedo deciros una cosa. He sido profesora universitaria durante nueve años. He aprendido a hacer tesis doctorales, a dirigir Trabajos de Fin de Grado. A citar según Chicago y APA y lo que haga falta. A defender las tesis y los trabajos delante de exhaustivos tribunales que citan y recitan referencias cultas. He aprendido los protocolos de las publicaciones indexadas y ahora estoy haciendo méritos académicos para acreditarme. Soy Doctora Cum Laude con opción a premio, tengo eso que por aquí llaman PhD. He pasado casi diez años de mi vida enjaulada entre libros, análisis intensivos y exhaustivas metodologías de investigación, rodeada, eso sí, de personas maravillosas. En Europa creía que había llegado a la cima de mi carrera académica. Y sin embargo, lo dejé todo y no pude resistirme a la «Llamada de la India».
No sé a qué he venido aquí, pero cuando lo sepa, probablemente, no querré volver…
Ahora, dos meses después, justo el día en que se clausura «Yvonne: a take away wall» estoy feliz porque he vuelto a las aulas. Estas son las aulas en las que he trabajado esta semana, las que veis en la foto de arriba. Son aulas al sol, con patios de tierra y árboles milenarios de amable y generosa sombra. Son aulas sin sillas ni mesas, son aulas descalzas, en las que pisamos fresco con los pies desnudos, son aulas a cincuenta grados a las tres de la tarde, en las que se cuela el olor de las vacas transeúntes que pacen a la entrada y se bebe té caliente con pimienta y leche para apaciguar el cuerpo y el calor.
El principio… «The magic alphabetical stair»
Esta semana he trabajado con doscientas pequeñas personas. Les he preguntado ¿Cuál es tu palabra favorita? Y la han dibujado. Son grandes personas pequeñas que hablan sonriendo con los ojos, que aprenden con pasión y una curiosidad desbordante, voluptuosa, contagiosa. Son personitas que hablan y escriben Tamil, un precioso y complejo idioma con una delirante caligrafía, para mí, absolutamente ininteligible, tanto que revisando sus trabajos no puedo distinguir su nombre o su género.
Cuando el sistema estaba a punto de seducirme para actuar como una Status Quo Keeper…
Cuando ya creía lo sabía todo he descubierto lo que ya intuía, que el sistema meritorio en el que estamos metid@s es hipócrita y auto-afirmativo. Que tiende a sobrevalorar los parámetros subjetivos de la alta cultura, sobre los que la identidad académica superior se siente cómoda, segura y reconfortada, creando individuos alienados, encerrados en su jaula de papeles y burocracia, alejados de la tierra, la vida, la educación y la sonrisa, y sin embargo (falsos) y elocuentes expertos. ¿Es una crítica? Sí, lo es.
La llamada de la India me está permitiendo convertirme en una aprendiza de Change Seeker…
Creo que la vida debería darnos a tod@s la oportunidad de no saber nada de nada, de relativizar nuestro conocimiento, de engrandecernos con lo más pequeño y empequeñecernos con lo más grande. De descalzarnos ante nuestros logros y desaprender las lenguas en que todo lo sabemos, en plan salvajemente Beckettiano. Y es ahí, donde la sabiduría del conocer, que no es otra cosa que empatizar con la energía de los demás y transformarse en ella, empieza a fluir. Cuando no sabes decir nada, cuando tienes que aprender y enseñar con el corazón, la gratitud, la espontaneidad y la alegría de vivir.
Feliz día. Os mantendré informad@s de la evolución de este proyecto titulado «The magic alphabetical stair» A collaborative educational painting project between Trementina Lux & Namma Beach, Namma Chennai» at the Injambakkam Christian Advent School.
Por cierto, si a alguien le sobra una mesa de escritorio en la escuela necesitan una. En una de las aulas se rompió y la maestra imparte sus clases utilizando una silla de plástico. Gracias.
TREMENTINA THANK-LUX
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