«Lo ancestral puesto en acto y presencia útil» Llorenç Barber.
Acabo el año 2020 así. Ataviada de Valenciana, a diez grados. Con sedas que dejaron de fabricarse el siglo pasado en telares musealizados. Subida a los tacones del S.XVIII llevando en mi cabeza aderezos repujados por manos diestras que transmitieron su saber a la descendencia. Con un traje de hace 30 años.
Visto de valenciana antigua en un barrio exánime y luminoso ahogado por la gentrificación, atacado por la plaga de souvenirs fabricados en Tailandia y cruceros que dejaron de venir antes de que València se hundiera como Venezia. En un barrio muerto, yacente, sin apenas comercio de proximidad, abandonado como Angkor pero sin árboles monumentales.
Cuando era niña las mujeres de mi edad tenían prohibido vestirse de valenciana. Hoy entiendo a Frida. Yo subvierto el orden establecido, hoy no me visto de multinacional. Me visto así con mi pelo blanco, un 31 de diciembre, como un sacrilegio, en la plaza de las vestales.
Agito plumas en mi mano. Me visto así el año bendito en que la ruptura de la cotidianidad nos ha traído el regalo de la consciencia. La consciencia de cada momento vivido intensamente, de cada minucia como milagro, de cada olor olido como síntoma de sanación.
Agito mi yo indígena, mi yo aborigen, mi yo ancestral que honra el conocimiento vivo, matrimonio de nuestra humanidad. El que lucha por el derecho al agua fuera de Wall Street y defiende la tierra fértil de una isla fluvial no gentrificada. Performo así como las riot y las tribus extintas, avivando la identidad en peligro de extinción mediante lo que supimos hacer y ya olvidamos. Vistiéndome con todo aquello que no cabe en una furgoneta llena de sonrisas vacías. Despierta, abraza, conoce, transmite.
Si 2020 ha sido el año de la consciencia 2021 será el año de actuar en consecuencia. Sed felices. inventad, vivid, despertad, agradeced. Alegraros todo el tiempo y alegrad a quienes os rodean. Cultivad el amor y que la magia, el conocimiento ancestral y la naturaleza nos acompañen hondamente. Escribid la historia que queréis contar porque nada está escrito ya.
TREMENTINA LUX
(He sucumbido a escribir en Nochevieja… qué no conseguirá este 2020)
Has conseguido emocionarme con tus palabras.
Te deseo lo mejor para este nuevo año que se abre con multitud de posibilidades a descubrir en cada día,… En el presente.
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Querida mela mía!!! Viniendo de ti me emociona mucho, mucho, mucho. Cada vez que me lo pongo recuerdo el maravilloso telar en donde nació. Un abrazo enorme y que la magia y el amor nos acompañen este año. Ganas de apapacharte.