Un chico Erasmus me preguntó mientras ardía Falliruma: -Y tú, ¿cómo te sientes ahora que se quema tu creación? -¡De maravilla, tengo un orgasmo! le dije yo. El chico no acababa de entenderlo. -He creado para el fuego, le expliqué. Cada decisión tomada, cada material elegido, cada parte del proceso de trabajo, cada peso repartido, cada agujero hecho para que respire el fuego y se oxigene, está pensado para que el fuego funcione, pero la única manera de comprobarlo es quemando la pieza, y no tiene vuelta atrás. Así que estoy feliz porque está siendo una cremà espectacular.
LA CREMÀ NO ENGAÑA
Podemos intentar ser sostenibles haciendo fallas o haciendo cualquier cosa. Es una falacia. Vivimos en una sociedad insostenible cuyos desechos son contaminantes. No hay desecho limpio, un alto porcentaje de lo que consumimos y tiramos a la basura es tóxico. Inaprovechable, inasumible por Madre Tierra. Directamente nocivo. Eso eran las fallas antes, lo que nos sobraba. Ahora no podemos quemar ni las sobras y entonces, nos inventamos artefactos intelectuales para decirnos auto engañándonos: !!Somos sostenibles!!!
NO EN NOMBRE DE LA SOSTENIBILIDAD
Pero no tiene sentido quemar toneladas de madera en nombre de la sostenibilidad. Madera viva, madera útil, madera víctima de nuestro capricho. Estoy completamente en contra de quemar madera de aserradero para que no haya plástico o corcho blanco. He visto tanta madera en fallas de este año tan viva que aún gritaba el dolor de la sierra y me ha resultado insoportable su presencia como pira inquisitoria. Estoy completamente en contra del uso y abuso masivo de la madera de aserradero en nombre de la sostenibilidad. Estoy completamente en contra de las talas masivas y las podas selecticas en el arbolado urbano de la ciudad de València, estoy completamente en contra de que en sus calles se incinere madera y se cometan arboricidios en nombre de una ciudad más verde. Si se trata de inconsciencia tiene remedio, si se llama cinismo, también. Ambas se curan empatizando con la naturaleza ASAP.
¿QUÉ HACEMOS AHORA?
Los árboles me dicen: -No hagas mas cosas para quemar.
Estamos en el camino. Hay que renunciar al volumen y a la acción desmesurada. Hay que hacerlo, gozar de lo recogido y de la no-acción. Buscar soluciones para que las fallas se aguanten sin estructuras impostadas de madera aún sangrante, saviante. Hay que ver la belleza en la basura excedente y utilizarla. Hay que aceptar la imperfección para que el humo de la cremà sea benéfico, sea transformador, sea casi sagrado y nos una y nos haga sentir tribu humana por encima del miedo a la muerte, celebrando la vida en un eterno presente. Hay que utilizar lo que a la Madre Tierra le sobra de la poda, del otoño, aún sacándolo del ciclo nutricio del volver a renacer en planta, que también es una crueldad.
OBSERVA EL MOMENTO EN EL QUE CAE, ¿QUÉ VES DENTRO…?
La nada. Espero que nunca den premios a la mejor cremà, porque llegarían tarde. La cremà no engaña, el humo blanco, el olor, los tiempos de expansión, el punto de ignición aún con todo humedecido por la lluvia. La paja de arroz del Palmar seca aún y el aceite cedido por Javi de la churrería Santa Gema obraron el milagro de quemar sin artificios de forma lenta, sostenida, casi ancestral. I’m really very proud.
Gracias a los bomberos y la pirotécnica del Traca, que aún dudando de mí criterio, nos permitieron quemar así. Gracias a la ayuda maravillosa de mi equipo, a la Banda de Música de Mislata y a las más de 300 personas que llenasteis la plaza. Gracias a FALLIRUMA por su totipotente generosidad.
TREMENTINA LUX
AQUÍ EL VÍDEO COMPLETO. DISFRÚTALO.
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