Quién soy y qué hago

Soy TREMENTINA LUX, soy artista plástica, teórica y práctica de la comunicación audiovisual y los estudios de género. Pinto, escribo, leo, locuto, diseño, fotografio, reflexiono y analizo. Todo esto, sobre todo, me hace evolucionar como profesional y como persona, me motiva y me divierte. Creo este contenido para ti, que me lees y para mí, que también me leo. Soy del mundo y vivo en Valencia.

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El «Arbushto» y la secuoya

El jueves, a las dos y media de la madrugada estaba acabando de cenar frente a George. Pelábamos ojos de gato, un fruto gelatinoso que bien merece este nombre, en un restaurante chino, valga la redundancia, para chinos. Condoleezza, pese a la expresa prohibición de hacerlo, se había comido la cola del dragón tallado en calabaza que decoraba el plato de algas blancas. Su acto de rebelión nos hizo reír. Respetó, sin embargo, la cabeza. Los guionistas con alma de dramaturgo le daban vueltas con la cucharilla a los ocho tesoros del té, flores blancas, bolas de colores cortezas flotantes y extrañas naturalezas hinchables, buenas para el riñón, buenas para el estómago buenas para la garganta… aunque estoy segura de que buscaban, en la espiral del agua hervida la buena para dedicarse por completo a las veleidades de la escena. Ah, y en el baño, había papel higiénico, dos rollos, para ser exactos…

El autor estaba sentado al final de la heterogénea mesa de fieles. Vestía de negro, como es habitual en él, pero en la espalda llevaba flores, las flores tal vez, de una nueva temporada…

Seré breve, como suelo merodear la palabra acabo rodeada de personas de palabra.

Paco Zarzoso es sin duda un ser de palabras. Cada vez que logra el milagro de estrenar uno de sus textos se supera a sí mismo y nos sorprende a los demás. El muy salvaje nos hace reír en medio del conflicto y nos deja pensando durante días, por ejemplo, con repugnancia, sobre la relación entre la belleza y los campos de concentración o sobre el el papel higiénico y las armas de destrucción masiva.

‘Arbushto’ es un texto gigante, valiente en sus tesis, algo suicida y asistido por lo mínimamente imprescindible: cuatro actores desnudos, tres paredes negras, un músico sentadito en una esquina tocando el banjo, luz, sombra estricta y abundante penumbra, que es donde dicen los expertos que habita la poesía.

La producción es de muy bajísimo coste. Leyendo con propiedad estos datos, el montaje que “Los locos de Valencia” y la Hongaresa Teatre han realizado para Los Manantiales es una apuesta de alto riesgo, un parpadeo cuenta, un gesto cuenta, una pausa cuenta, cuando la luz ilumina la acción, no hay adornos, no hay escapatoria o el espectáculo es bueno, o es horrible.

Además es el texto más político de Zarzoso, al menos el más explicito. No deja por ello de ser milagrosamente poético, en su estilo, hilarante, inteligente, cuajado de doble sentido y apegado a la realidad tanto como a la ironía, ironía que practica con elegante cinismo. Y por si eso fuera poco, en ‘Arbushto’ el diálogo, a caballo entre lo cotidiano y lo trascendente, entre lo trágico y lo ridículo, se convierte en un saltimbanqui del símbolo. Que delicia para las mientes!.

Por eso he estado pensando en ello y creo que todo se puede resumir en las relaciones de desproporción. Desproporción entre la causa minúscula y el efecto desaforado. Que lo pequeño convoque lo brutal. Entre las causas se encuentran un apellido, una botella, un librito, tres cleenex, un voto, un avioncito de papel y fallos técnicos en un set. Nimiedades, nimiedades ambientadas en un water cuyos efectos tienen, han tenido, tendrán un alcance masivo, mundial.

Quienes llevan a cabo esta apuesta sin pelos en la letra, quienes se atreven a poner en escena la psicología de un mediocre encumbrado a lo más alto por el sistema, saben que no es preciso ir allende los mares para encontrarse caciquismo, prepotencia, aculturización y barbarie en la casta política. Claro que no es lo mismo la barbarie aplicada a lo bestia en un país de grandes dimensiones que en una ciudad provinciana y de provincias como esta, es un alivio.

‘Arbushto’, es un espécimen voluptuoso que merece dar sombra a algunas superproducciones teatrales sin contenido, a las sitcom bananeras, a los realitys con pretextos talentosos, a las telenovelas zafias, dar sombra a toda esa maleza baja fruto de la industria mal llamada cultural, intencionadamente bien patrocinada por el sistema y en la que cada vez cuesta más encontrar algo que nos haga pensar.
Por ejemplo, sin ir más lejos, que alguien busque en esos grandes almacenes que tienen libros, títulos de Simone de Beauvoir, Colette o Marguerite Duras, salvo un par…todos descatalogados. La literatura masiva para mujeres de hoy, salvo honrosas excepciones, pasa por inocular secuelas bastardas de Bridget Jones, que si peso, que si como, que si fomento… indignante, patético.

En estos días no he olvidado lo grutesca que era la sala de los Manantiales, tan desnudas sus paredes negras en una producción de bajo coste y lo luminoso que fue el verbo y el gesto durante el tiempo que duró y perduró la magia del teatro. Y la cena del chino para chinos, estaba tannn rica, qué suerte que el buen teatro no padezca crisis de ideas.

Gracias.
Acabo con una frase suya, ya me contaréis.
“El amor es esto: uno escribe con los ojos cerrados y los otros leen”

TREMENTINA LUX

“Arbushto” de Paco Zarzoso
Teatro Los Manantiales. Valencia
06/11/2008- 16/11/2008
Víctor Vila, Ruth Atienza, Toni Sancho, Paco Zarzoso y Néstor Mir a la guitarra y al banjo.

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